No dejes que el estrés de Navidad te consuma: consejos para mantener la calma en esta época
La Navidad es una época de alegría, pero también de estrés. Descubre cómo mantener la calma y disfrutar de estas fiestas.
La temporada decembrina es, sin duda, una de las más esperadas del año. Las vacaciones, las reuniones familiares, las celebraciones de Navidad y el recibimiento del Año Nuevo generan una alegría colectiva que impregna el ambiente. Sin embargo, detrás de la festividad, esta época también puede ser fuente de estrés y ansiedad que amenazan con empañar la magia de las fiestas. El estrés, según lo define la psicología, es una reacción adaptativa del cuerpo ante estímulos que son percibidos como desafiantes o amenazantes. Estos desencadenan una serie de procesos emocionales y físicos que, si no se manejan adecuadamente, pueden tener consecuencias negativas para la salud mental y física. En diciembre, son muchos los que enfrentan lo que se conoce como "estrés navideño", un padecimiento que se intensifica con la carga de compromisos, las presiones sociales y las expectativas propias y ajenas. Gabriel Balaguera Rojas, subdirector Nacional del Campo de Epistemología e Historia de la Psicología del Colegio Colombiano de Psicólogos (Colpsic), señala que los síntomas del estrés navideño pueden manifestarse de distintas formas, tanto físicas como emocionales. "En lo físico, puede incluir síntomas como fatiga constante, dolores de cabeza, tensión muscular y problemas gastrointestinales", afirma Balaguera. A nivel emocional, las personas afectadas por el estrés de las fiestas pueden experimentar irritabilidad, ansiedad, tristeza o incluso dificultades para dormir, lo que afecta su capacidad para disfrutar de los momentos que, en teoría, deberían ser agradables. Aunque el estrés navideño no es un trastorno grave ni mortal, sus efectos a corto plazo pueden ser significativos. El experto explica que, físicamente, el estrés puede debilitar el sistema inmunológico, haciéndonos más vulnerables a resfriados y otras enfermedades. Además, la fatiga extrema puede dificultar el cumplimiento de compromisos y responsabilidades. En el ámbito emocional, el estrés puede generar conflictos interpersonales, sentimientos de aislamiento y agravar condiciones preexistentes, como la ansiedad o la depresión. Para manejar este estrés, Balaguera recomienda encontrar un equilibrio entre la planificación de actividades y el autocuidado. Establecer límites claros con respecto a los compromisos sociales y financieros es esencial para evitar sobrecargarse. "Es importante priorizar el descanso, la alimentación y planificar las compras con anticipación, para no caer en la presión de las compras de última hora", sugiere. En cuanto a la organización de las actividades, Balaguera enfatiza la importancia de priorizar y delegar. "La clave está en identificar qué actividades son realmente esenciales y cuáles pueden simplificarse o incluso eliminarse. Delegar tareas, como la organización de reuniones o la preparación de alimentos, ayuda a compartir la carga. Además, usar un calendario para organizar la agenda y dejar tiempo para el descanso personal es fundamental. Aprender a decir 'no' a compromisos innecesarios también es una habilidad valiosa para mantener el equilibrio", aconseja el experto. El estrés navideño no solo se limita a las festividades de diciembre. Según Balaguera, también puede intensificarse durante otras épocas del año, como el inicio de las vacaciones de fin de año, el comienzo de la temporada escolar o el cierre del año fiscal o laboral, en los cuales se experimenta una presión extra por cumplir metas y compromisos. Mónica Lizette Castellanos Osorio Sistema Integrado Digital
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