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Mujer salió a bailar con El Diablo y le dejó una marca de por vida

El diablo es una figura recurrente en la mitología y el folclore de varias culturas. Representado como un ser maligno asociado al caos.

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En ‘El Cartel Paranormal de Fantastica’, dirigido por Daniel Trespalacios, un oyente relató cómo su tía bailó con el Diablo: 

“Mi abuela me contó que su hermana salió a bailar en una ocasión cuando vivía en Tapias, Tolima. Un día se escaparon de la casa para asistir a un baile y allí se encontraron con un hombre muy elegante, vestido de traje y zapatos negros, que llegó en una camioneta. 

Al bajar del vehículo, el hombre invitó a mi tía a bailar, pero le advirtió que no mirara sus pies. Sin embargo, la curiosidad pudo más, y al hacerlo, descubrió que tenía pezuñas. Mi abuela también vio los pies del hombre y, al instante, se desmayó. 

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Mi tía enfermó poco después, le diagnosticaron cáncer y falleció. Además, aseguró que el Diablo le dejó una marca en la mano: el número 313”. 

El diablo es una figura recurrente en la mitología y el folclore de varias culturas. Generalmente representado como un ser maligno asociado al caos, la tentación y el pecado, ha sido protagonista de innumerables historias y leyendas. Entre estas, sobresale la idea de que algunas mujeres han "bailado con el diablo". 

El origen de esta creencia tiene raíces en tradiciones populares, especialmente en sociedades profundamente religiosas. En el contexto cristiano, el baile era visto durante mucho tiempo como una actividad sospechosa, que podía incitar a deseos carnales o a comportamientos considerados inmorales. Bajo esto, aquellas mujeres que desafiaban las normas sociales, ya fuera por su independencia, su sensualidad o simplemente por participar en bailes, eran fácilmente asociadas con el diablo. 

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Una de las historias más conocidas proviene de la tradición latinoamericana, donde se relata que una mujer, en busca de diversión y desafiando las advertencias de su entorno, asistió a un baile en un lugar prohibido. En medio de la música y la celebración, un hombre misterioso, apuesto y elegante, la invitó a bailar.  

A medida que la noche avanzaba, la mujer notó características extrañas en su compañero: un aire amenazante, pies de cabra o un brillo diabólico en sus ojos. Al darse cuenta de que estaba bailando con el diablo, intentó huir, pero ya era demasiado tarde.  

El simbolismo detrás del "baile con el diablo" también refleja tensiones sociales y de género. Durante siglos, las mujeres que desafiaban los roles tradicionales eran demonizadas, atribuyéndoles una relación con lo sobrenatural o lo prohibido. La danza, un acto de expresión personal y colectiva, se convirtió en el vehículo perfecto para proyectar estos temores y prejuicios.

Flor Angie Baena

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